viernes, 22 de junio de 2012

OTRA FORMA DE VIVIR LAS VACACIONES

Desde hace varios años, no tengo la costumbre de alejarme de mi casa para conseguir el legítimo descanso. Me suelo quedar en la parroquia y seguir el ritmo habitual. Eso sí, dedicando más tiempo a la oración y a la escucha de la gente que necesite hablar.
A veces, hago alguna breve escapada para estar dos o tres días con la familia o para visitar algún amigo. O para compartirlos con amigos.  También, para contemplar alguna exposición de arte que merezca la pena. Para mí, el descanso consiste en salir del ritmo habitual de mis  actividades. Y aunque no soy muy aficionado, también me reservo algún día de playa.
Lo que más me relaja es caminar en silencio por el campo, leer algún libro novedoso, ver alguna película clásica o escribir sobre alguna cuestión de teología que me ha llamado la atención. Unas veces, para aclarar mis ideas y enriquecer los apuntes que utilizaré en las clases; y otras, para responder a encargos..
Este año, tengo en manos tres cuestiones. Dos de ellas, por encargo; y la tercera, como fruto de una inquietud que me viene preocupa y ocupa desde hace varios años. Por encargo, estoy desarrollando un temario sobre la fe, que se publicará en Septiembre, parauso de  los equipos del Movimiento Familiar Cristiano. Surgió como fruto de una conferencia que di en Cádiz (Parroquia de San José), hace unos meses y pretende ser el itinerario de reflexión para que los miembros de este movimiento, al que pertenezco desde hace ya cuarenta y seis años, celebren el Año de la Fe, que comenzará en el mes de octubre. También por encargo, esta vez de PPC y en colaboración con la periodista Encarni Llamas y con el dibujante Fano, una vida de Jesús que saldría en Navidad.
Y por afición, una búsqueda de tipo existencial y base bíblica, de lo que podríamos llamar "la cosecha del Espíritu". Pero ésta, sin fecha fija. ¿Que por qué les cuento esto? Para que sepan disculparme cuando mis comentarios semanales en el blog se retrasen; y para animar a todos a profundizar en vuestra fe y a leer algún libro sobre el Espíritu Santo.    

viernes, 15 de junio de 2012

LA VERDAD OS HARÁ LIBRES

Hay muchas personas que se amargan la vida y sufren por lo que los demás dicen o peinsan de ellas. Se sienten humilladas y despreciadas por el juicio de los otros y llegan a perder la confianza en sí mismas; eso que los psicólogos denominan la autoestima.
También en este campo, la Verdad nos hace libres. Para un cristiano, la Verdad es Jesucristo, el amor que nos tiene y el camino que nos marca. Es natural y prudente que cuando dicen algo de nosotros, o nos echan algo en cara, hagamos examen de conciencia. Y si vemos que tienen razón, es Dios quien nos está invitando, a través de ese hermano y de sus palabras, a corregir nuestra conducta. Pero si, después de analizar a fondo nuestros hechos y actitudes, vemos que está equivocado, no hay motivos para preocuparse o sufrir.
Es inútil defenderse pues, como escribió Einstein, es mucho más difícil deshacer un prejuicio que de sintegrar el átono. Y tampoco considero que sea necesario, pues lo que me debe importar es la limpieza de mi corazón y lo que Dios piensa de mí. Porque Dios es la Verdad que me hace libre frente a los prejuicios del otro, frente a sus sospechas y a su juicio; libres de miedos, de rencores, de juicios de valor malévolos, de murmuraciones... Lo que me debe preocupar es lo que mi conciencia me dice y lo que Dios piensa de mí.     

lunes, 11 de junio de 2012

DIA DELA CARIDAD

La fiesta del Cuerpo y de la Sangre del Señor es el día de la caridad por antonomasia. Lo que celebramos es el amor que Dios nos tiene, y que se ha traducido en la entrega de su Hijo Jesucristo. Y es conveniente que nuestra caridad hacia todos los hermanos no nos lleve a olvidar que el amor a los demás no es algo que se pueda mandar, sino que brota de saborear el amor que Dios nos tiene; de nuestro encuentro con Dios, que es Amor. Pues corremos el riesgo de que, zarandeados por la situación de crisis y de pobreza en la que se debaten millones de hermanos, olvidemos que esta fiesta nos invita a centrar nuestra mirada en el amor que Dios nos tiene. Como ha escrito Benedicti XVI, "en la liturgia de la Iglesia, en su oración, en la comunidad viva de los creyentes, experimentamos el amor de Dios, percibimos su presencia y, de este modo, aprendemos también a reconocerla en nuestra vida cotidiana. Él nos ha amado primero y sigue amándonos primero; por eso, nosotros podemos responder también con el amor. Dios no nos impone un sentimiento que podamos suscitar en nosotros mismos".
Que nadie se inquiete por el hecho de que insista en esta primacía del amor que Dios nos tiene, que es la fuente inagotable de amor a los hermanos. En la medida en que nos adentremos en el amor de Dios, nuestro corazón se convierte en un manantial constante y luminoso de amor fraterno. Pero si nos olvidamos del amor de Dios, nuestro amor a los demás se puede convertir en un simple dar cosas, y llevarnos a un servicio sin hondura y sin amor. En su primera carta a los cristianos de Corinto, san Pablo advertía a los hermanos de aquel tiempo que, si les faltaba el amor, aunque se sacrificaran por los demás y les dieran sus bienes, no estaban en el camino diseñado por Jesús. "Los santos (...) han adquirido su capacidad de amar al prójimo, de manera siempre renovada, gracias al encuentro con el Señor eucarístico, y, viceversa, este encuentro ha adquirido realismo y profundidad precisamente en su servicio a los demás". Que no en vano nos dijo Jesús, despues de darnos su Cuerpo y su sangre, "haced esto en conmemoración mía". O lo que es igual, que el amor que nos tiene y que le ha llevado a dar su vida por nosotros, se tiene que traducir en que gastemos nuestra vida por los demás. En especial, por los pisoteados de la tierra y por los que no son amables.